El yogur (también conocido como yogurt, yoghurt o yoghourt) es un alimento que se obtiene a través de la fermentación bacteriana de la leche, al transformarse parcialmente su lactosa (azúcar) en ácido láctico y por el aumento de la consistencia que se origina con la coagulación de sus proteínas. Su nombre proviene de un vocablo búlgaro: jaurt.
Si eres consumidor asiduo de este saludable producto, de seguro habrás notado la gran cantidad de variedad disponible en el mercado, entre los que se encuentran el yogur tradicional de leche, el yogur griego (greek), el de leche de cabra (goat) y el de soya (non dairy), que no es a base de lácteos.
Dentro del grupo de alimentos recomendados como excelentes para tu salud, figura el yogurt, pero para sacar el mayor provecho a este súper-alimento, debes conocer las propiedades y beneficios de cada variedad, para elegir el ideal para ti.
Distintas formas de comer el Yogur |
- El yogurt tradicional es la presentación original con la que todos conocimos al yogur, realizada a través del proceso de fermentación de la leche de vaca a través de cultivos de bacterias vivas.
Este tipo de yogur constituye una sólida fuente de proteína, calcio, potasio, y vitaminas del grupo B, pero contiene grandes cantidades de azúcar. Inclusive la variedad que contiene pedazos de frutas.
- El yogurt griego está elaborada especialmente para obtener un producto de textura gruesa y cremosa, casi solida.
Tiene menos azúcar que el tradicional y casi el doble del contenido proteico, lo que proporciona mayor sensación de llenura. Pero contiene menos calcio, que el yogur tradicional.
- El Yogur de leche de cabra tiene un aporte nutricional y una textura similar a la del yogur de leche de vaca. Es más bajo en lactosa y no produce reacciones alérgicas.
- El de soya es de leche de soya, nutricionalmente hablando, este yogur puede contener menos de proteína que el de leche de vaca.
Es ideal para los vegetarianos e intolerantes a la lactosa.
El yogur regulariza la flora intestinal, favorece la defecación, restablece las funciones hepáticas, brinda al organismo sustancias de alto valor nutricional, es de fácil digestión y se asimila y aprovecha mejor que la leche gracias a la fermentación producida por las bacterias acidolácticas.
Su ingesta contrarresta el consumo de antibióticos, previene la osteoporósis, controla las infecciones vaginales y resguarda el cólon de ciertas enfermedades.
Además, ejerce un efecto beneficioso frente al sistema inmunológico y determinados tipos de cáncer.