A lo largo de nuestra vida experimentamos momentos o situaciones complicadas que muchas veces no sabemos cómo lidiarlas.
Hay tantas cosas en las qué pensar y saber cómo solucionarlas que nos desbordamos y entramos en un estado de tensión.
No importa la situación en la que estemos: en el trabajo, en alguna relación, realizando alguna afición, en los estudios, etc., tenemos que identificar esa situación que nos provoca estrés e intentar remediarla, porque al final nuestra salud se verá afectada de forma negativa.
El estrés es un estímulo o una reacción física de nuestro cuerpo que provoca un estado de alerta ante una situación complicada. Aunque es cierto que dependiendo del tipo de estrés es beneficioso para que mejore nuestro rendimiento y poder alcanzar nuestros objetivos, no suele ser así. Se podrían diferenciar tres tipos de síntomas: psicológicos, cognitivos y físicos.
Síntomas psicológicos
Irritabilidad
Cuando estés ya sobrepasando el límite de tus fuerzas, el estrés puede provocar una reacción de enfado o levantamiento de voz a tus amigos o familiares por tener una conversación o por alguna pregunta que te hagan pensar o revivir una situación complicada que no puedes afrontar.
Depresión
A menudo el hecho de estar estresados y no saber cómo lidiar con la situación, nos frustramos y acabamos llorando con más frecuencia, o, simplemente, entramos en un estado de tristeza permanente que lleva a la depresión a causa del agotamiento de este estado de alerta. Si no intentamos ponerle remedio, la depresión puede conllevar a destrozarnos la autoestima y no apreciar la vida, ya que, nos resulta complicado afrontar los problemas.
Aislamiento social
Cuando ya hemos llegado a nuestro límite y ya no te quedan fuerzas, solemos querer estar solos, especialmente, después del trabajo. De esta manera, se agrava el sentimiento de pesimismo que surge en estas situaciones.
Síntomas cognitivos
Falta de concentración
El hecho de estar enfocados constantemente en el problema que no sabemos solucionar, provoca que todas las demás cosas las dejemos a un lado sin poder pensar en ellas. La falta de concentración en el trabajo o los estudios crea un estado de desánimo haciendo que tu rendimiento baje y aumenten tus errores.
Problemas de memoria
Además de los problemas de concentración, el estrés prolongado nos lleva a sufrir problemas de memoria. El exceso de cortisol hace que partes de tu cerebro se sobrecarguen y limiten la receptividad.
Indecisión
La baja autoestima provocada por los casos extremos de estrés hace que no tengas suficiente fuerza ni capacidad para tomar importantes decisiones y estés siempre con la duda para saber cuál es la mejor elección.
Síntomas físicos
Cansancio
El estado de alerta en que está sometido nuestro cuerpo crea un estado de cansancio permanente. Nuestra mente se agota y eso repercute en la energía que necesitas para pasar el día. Por mucho que descanses, el cuerpo sigue agotado y sin fuerzas.
Dolores y enfermedades
El estado de alerta que provoca el estrés en nuestro cuerpo conlleva que toda tu musculatura se vaya tensando y tu sistema inmunológico se debilite. Como resultado eres más frágil y contraes enfermedades más fácilmente (resfriados, gripes, etc.), o resurgen dolores de estómago (que conllevan diarrea o estreñimiento) y dolores de cabeza (aparición de migrañas).